En el fervor de devoción, los fieles se acercan al Recinto de María del Carmen con ánimo humilde. Sus súplicas son como rosas fragantes, llevadas al altar para ser recibidas por el compasivo corazón de María. Constantemente, un flujo constante de almas busca la bendición de María del Carmen, confiando en su poderosa intercesión. Las petici